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Comunicar la antropología ¿Blogging o revistas de impacto?

La práctica del blogging ha permitido romper una serie de barreras simbólicas que limitaban la creación y expansión del conocimiento y el desarrollo orgánico de nuestra disciplina. Y es que tradicionalmente, el saber antropológico ha circulado por circuitos de difusión bastante cerrados, como son las revistas de impacto, es decir, publicaciones de carácter científico con una normativa de redacción y contenido más o menos estricta. Los artículos enviados son revisados por editores anónimos expertos en el tema, con un rango académico similar o superior al del autor o autora. Estos expertos determinan si el artículo debe publicarse, modificarse o ser directamente descartado.

Esta forma de validación del conocimiento científico, también conocida como arbitraje, no está exenta de ciertas limitaciones. En primer lugar porque, como es natural, la gran mayoría de las revistas de impacto están atravesadas por líneas ideológicas específicas. Los consejos editoriales de las revistas, lejos de ser organismos asépticos, son grupos de personas que poseen sus propios criterios de inclusión y exclusión que muchas veces trascienden la propia “cientificidad” del trabajo recibido, tal como demuestra el caso Sokal o el falso artículo sobre el pene conceptual.

En segundo lugar, porque las revistas de impacto tienden a privilegiar artículos que provengan de los grandes centros epistemológicos, es decir, instituciones privadas de renombre como Oxford, Stanford, MIT o Berkeley. Cualquier artículo “avalado” por alguna de estas universidades tendrá a priori más peso que el mismo artículo proveniente de la Universidad de Granada, por utilizar un ejemplo cercano. Y por supuesto, en el ecosistema de las prestigiosas revistas de impacto, cualquier trabajo publicado en inglés tendrá mayor repercusión que uno publicado en castellano. El factor prestigio y la cultura lingüística actúan como filtros culturales que privilegian ciertos trabajos sobre otros.

Insinuar que la cultura del blogging permite superar todas estas barreras sería poco acertado. Del mismo modo que el ecosistema de las revistas de impacto está dominado por grandes multinacionales como Thomson Cientific o Elsevier, los que practicamos el blogging estamos a la merced de las decisiones de compañías mastodónticas como Google o Facebook.  Por otro lado, al igual que las revistas de impacto poseen sus limitaciones ideológicas en cuanto a validación del conocimiento, el factor viral de un post tampoco resulta un buen indicador de su calidad, ni siquiera de su interés real. Fenómenos como las fake news han puesto en entredicho el ideal de que internet iba a “democratizar” el conocimiento, llegándose a acuñar el término postverdad como una de las características de las sociedades hipermodernas. Tampoco hay que olvidar que plataformas como Facebook privilegian los contenidos de pago (publicitados) por encima de los gratuitos, ni que parte de esa virilización puede provenir exclusivamente de un título y de una foto de portada atractivos, o de una keyword bien elegida.

A pesar de estas cuestiones,  la emergencia de una blogosfera antropológica que complemente las publicaciones científicas es una buena noticia para la disciplina. Los blogs han permitido que voces que a priori habrían tardado años en expresarse (o no lo habrían hecho en absoluto) hayan podido desarrollar espacios propios de comunicación, y a su vez, facilitar de manera significativa la visibilización de la antropología social. En el caso hispanohablante, blogs como el de Una Antropóloga en la Luna han contribuido enormemente a la difusión de la “mirada antropológica” en el público generalista. Otros, como es el caso de El Antropólogo Principiante, han permitido generar un sentimiento de identificación entre las nuevas generaciones de antropólogos y antropólogas hispanohablantes que raramente no se han sentido identificados con alguna de las reflexiones de este antropobloguero pionero. Hay blogs de antropología aplicada a los espacios públicos, blogs de antropólogos activistas, blogs de antropología feminista o blogs de apoyo a la docencia (como el blog de Teoría e Historia antropológica de nuestro profesor Arturo Álvarez Roldán). También existen blogs que combinan muy bien el estilo académico con la voluntad comunicativa, como es el caso de los blogs Antropología Organizacional  o Ciencias Antropológicas, ambos editados por Sergio Morales Inga y que gozan de interés mayúsculo.

A diferencia de las publicaciones científicas y a las revistas de impacto, ciertamente un tanto herméticas por naturaleza, el blogging permite una serie de “libertades” de las que aquí solo enumeraremos siete:

  • Son inmediatos: Mientras que la publicación de un artículo en una revista de impacto puede demorarse durante años, crear un blog propio es un proceso que no lleva más de 10 minutos. Eso sí, alimentarlo es un proceso que conllevará una dedicación de casi tantas horas como una producción académica de “impacto”.

 

  • Son editables: Al contrario que las revistas académicas, los textos creados en los blogs tienen posibilidad de editarse a posteriori. Esto permite actualizar con información nueva de la que no se disponía en el momento de la publicación, corregir erratas, incorporar ediciones provenientes de los comentarios, e incluso, si no se está conforme con el resultado, borrar la publicación. Estas características permiten un mayor control sobre el contenido, pero también añaden una volatilidad líquida a la información versada, al no disponer de garantías de que seguirá existiendo en los próximos años.

 

  • Permiten la integración multimedia: Mientras que las revistas de impacto son eminentemente grafocéntricas, la cultura del blogging permite, cada vez más, interesantes posibilidades de difusión del conocimiento. La popularización de los smartphones y el abaratamiento progresivo de las tecnologías de producción audiovisual han abierto nuevas y dinámicas formas de difundir el conocimiento antropológico. Podcasts, videoanimaciones, tutoriales, audio-artículos, canciones o cortometrajes son algunas de las alternativas al grafocentrismo académico. Alternativas que requieren pocos recursos y una buena dosis de creatividad.

 

  • Son más comunicativos: No queremos decir con esto que las revistas de impacto no cumplan una función comunicativa esencial, sino más bien que el público al que van dirigidas es muy limitado, mucho más si la revista es de pago. Salvo contadas excepciones, las revistas de impacto siguen una lógica A2A, academic to academic, lo que explica el escaso conocimiento de nuestra disciplina en los ámbitos populares.

 

  • Permiten comentarios: Aunque no todos los blogs habilitan esta opción, lo cierto es que generalmente los posts suelen disponer de un espacio para que los lectores comenten lo que han leído. De este modo, la obra original del autor se va ampliando con las críticas y los aportes de los usuarios. Esta opción no es común en las revistas de impacto, y cuando estas la habilitan suele ser bajo registro, y generalmente, bajo pago.

 

  • No requieren una validación externa: Aunque el sistema de arbitraje y la revisión por pares han demostrado ser herramientas más o menos efectivas para la validación científica, lo cierto es que muchas veces actúan como barrera coercitiva. La práctica del blogging es más espontánea, y asume que un post es tan solo un pequeño fragmento de un trabajo no concluido.

 

  • Son océanos: Los blogs, como fenómeno propio de internet, son espacios donde prima la “navegación”. Si un blog es interesante y su contenido está bien estructurado puede logar que el usuario pase varias horas navegando por el mismo. Generalmente los blogs suponen un entramado de enlaces y referencias que llevan de un sitio a otro y donde el usuario tiene el poder de elegir el contenido que va a consumir. Este proceso es infinitamente menos orgánico en el caso de las publicaciones científicas, que generalmente requieren de largos procesos de investigación básica y consultas bibliográficas. Cabe señalar que el linkbuilding, la práctica de generar enlaces de autoridad hacia el propio blog, no está exento de la jerarquía epistemológica antes señalada. Este blog ganaría en autoridad (y por tanto en posicionamiento SEO) si la página web de la Universidad de Harvard decidiese citarnos con un hipervínculo (animamos a la página web de la Universidad de Harvard a citarnos con un hipervínculo). Al igual que en el caso de las revistas académicas, los principales buscadores priorizan el contacto con instituciones de prestigio.

 

Como hemos podido ver, tanto el blogging como las revistas de impacto suponen dos instrumentos de difusión y creación del conocimiento antropológico, instrumentos que guardan ciertas similitudes y muchas diferencias. Mientras que con el blogging se gana en espontaneidad, libertad y difusión, las revistas académicas asumen un mayor rigor científico y a priori una cierta estandarización del formato, lo que no es necesariamente malo, aunque como hemos visto actúa en contra de otras sensibilidades de expresión.

Pero entonces, ¿Cuál es el mejor? Pues depende.

Los antropólogos que decidan emprender una trayectoria académica deberán pasar, tarde o temprano, por el universo de las revistas. Gran parte de su prestigio provendrá del impacto (citaciones) de su trabajo en este microcosmos. Es común que las personas que deciden comenzar un doctorado vayan publicando “trozos” del mismo antes de su presentación definitiva, generalmente en co-autoría con el director/a de la tesis. De este modo el doctorando/a gana en publicaciones, al igual que la dirección de la tesis, que ve automáticamente aumentado su caché, aunque esto siempre depende de la autoridad de la propia revista. El sistema de publicaciones de impacto es el eje del prestigio y de la estratificación académica

Para los antropólogos que no quieran seguir una vía académica o que no quieran hacer de esta su sustento principal, la opción de las revistas de impacto puede resultar a priori menos interesante. Si trabajan como freelancers o en una consultoría, sin duda resultará más interesante dotar a su agencia de un blog que permita comunicar las últimas investigaciones realizadas, dotar de personalidad digital a la organización o comunicarse efectivamente con sus clientes.

Por último, cabe señalar que esta dicotomía entre blogging y revista académica no es, ni mucho menos, hermética. Son numerosos los académicos que combinan su actividad investigadora en revistas de impacto con una constante práctica del blogging. De hecho, generar una comunidad alrededor de su blog les permite hacer llegar a más personas sus publicaciones académicas, y por tanto aumentar sus probabilidades de que citen su artículo. En el caso de los antropólogos profesionales, consideramos absolutamente necesario que el conocimiento práctico generado por las agencias llegue a los circuitos académicos, y esto pasa necesariamente por publicar en revistas de impacto. Creemos que solo de este modo puede superarse la línea abismal que separa actualmente la práctica profesional de la práctica académica, ambas igualmente necesarias para el desarrollo de la antropología.

En Antropología 2.0 creemos en el inmenso potencial del blogging como forma de expresión y  desarrollo del conocimiento etnográfico. En esta nueva etapa como consultoría de investigación etnográfica hemos decidido hacer de nuestro blog un instrumento para el desarrollo de la antropología aplicada a la empresa y a la innovación. Hemos apostado por mejorar la experiencia de usuario optimizado la interfaz, bajo un modelo-revista, y haciéndolo más navegable, más concreto y mucho más visual. Esperamos que estos nuevos cambios contribuyan a seguir construyendo una antropología del siglo XXI, práctica, profesionalizada y diversa.

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