¿Hay vida después del grado?

Una vez terminada la carrera, el antropólogo se encuentra en un estado de liminalidad y probablemente le cueste encontrar un lugar donde sentirse cómodo y poner en práctica sus conocimientos.

En este artículo se tratan algunos de los aspectos de la vida profesional del antropólogo tras la finalización de sus estudios. Siendo más específicos, el proceso de encontrar un trabajo.

 

El mercado laboral para antropólogos se basa mayoritariamente en la demanda de profesionales con cualidades en la metodología de investigación cualitativa dentro de las ciencias sociales. Otros tipos de mercados no están al tanto de la existencia de los antropólogos como tal. Dicho de otro modo, hay un número limitado de puestos de trabajo dedicados especialmente a los profesionales de la antropología.

 

El antropólogo que desea encontrar un trabajo relacionado con su profesión debe estar preparado para lidiar con otros profesionales y empleadores que no están familiarizados con las capacidades de los antropólogos contemporáneos, o hasta empleadores que poseen unos estereotipos inadecuados sobre la disciplina antropológica y sus potencialidades. La respuesta más idónea a este tipo de situaciones es el compromiso del antropólogo en informar a sus compañeros de trabajo o jefes sobre su profesión, y también usar las estrategias de presentación y promoción personal basadas en la experiencia y en las capacidades personales y no tanto en el diploma universitario o en el expediente académico.

 

La odisea hacia el  trabajo

 

El éxito en la búsqueda de un puesto de trabajo requiere una especial preparación y tácticas específicas. La clave del éxito es una continua autoevaluación de las necesidades de los empleadores y la constante inversión de una substancial cantidad de energía creativa.

 

El primer paso hacia un puesto de trabajo pasa por una compleja toma de decisiones. Primeramente se debe pensar qué quieres hacer y dónde quieres hacerlo. Este tipo de decisiones ´´no deben ser tomadas al azar o por defecto´´ (Willigen, 1993). Se deben evaluar las capacidades y habilidades personales para seleccionar posteriormente el lugar ideal para ponerlas en práctica, teniendo en cuenta las ventajas de cada puesto, como el ambiente en el lugar de trabajo, las expectativas salariales y los campos de incisión que posiblemente pueden tener un gran potencial para ti.

 

Sin importar las técnicas de búsqueda y/o evaluación que uses deberás documentar el proceso, en cuanto lo que estás aprendiendo sobre tus aptitudes, el proceso de búsqueda y los empleadores. Se aconseja tener a mano un diario, como si de un diario de campo se tratara donde anotar las observaciones. Encontrarás de gran ayuda hacer esquemas sobre las posibles opciones que tienes.

 

Lo más importante es elaborar una lista de los puestos de trabajo disponibles en las organizaciones e instituciones que te resultan más afines y encontrar el modo de acceder a ellas, bien haciendo una práctica no remunerada, seguir formándote en la misma línea de tus estudios o bien añadir otros tipos de conocimiento. Es aquí donde entra en juego la creatividad y la resolución de problemas, preguntarse cómo se debe actuar para conseguir un fin concreto.

 

En otro orden de ideas, deberás identificar todas tus habilidades. Y  ´todas´ significan los conocimientos aprendidos dentro y fuera de la universidad. Estas aptitudes deben ser entendidas y presentadas como funciones y no tanto como experiencia, aunque deberás ser capaz de dar ejemplo de evidencias de dónde has puesto en práctica estas actitudes.

 

Relativamente pocas personas conocen la antropología y su ámbito de trabajo, por ende he aquí tres cuestiones básicas sobre con qué situaciones se encuentra un antropólogo a la hora de encontrar un trabajo:

 

  1. Estarás compitiendo y trabajando con personas que no tienen una formación en antropología, como trabajadores sociales, sociólogos, urbanistas etc..
  2. Serás contratado en base a lo que sabes hacer y a lo que puedes aportar, no en base a quien eres o que has estudiado. Esta cuestión hará necesaria estar preparado/a para argumentar y comunicar lo que puedes hacer.
  3. Tendrás que trabajar para superar los estereotipos que los empleadores tienen sobre la antropología. Deberás trabajar en la presentación personal de tus aptitudes y continuamente adquirir y formarte en nuevos ámbitos. Necesitarás dar soluciones.

 

Después de todo esto, será necesario formarte en el ámbito de trabajo que más te interese y convenga y desarrollar las habilidades necesarias para éste. Es aquí donde el aprendizaje y la búsqueda del trabajo confluyen. Las decisiones sobre cómo y dónde realizar tu formación condicionarán el proceso de búsqueda. Y la elección de una ámbito de trabajo condicionarán a su vez el modo en el cual te formas.

 

Los antropólogos y el mercado laboral

 

El mercado laboral para los profesionales de la antropología es difícil de caracterizar. Primeramente nosotros, como antropólogos, debemos estar al tanto del gran número de salidas profesionales y de los diferentes nichos laborales potenciales. Debemos identificar los distintos niveles organizacionales en los que podemos encontrar las oportunidades. Deberíamos ser conscientes de las posibilidades que se nos presentan a nivel local, estatal, nacional o internacional.

 

También se ha de pensar acorde con los varios sectores de la economía, como la educación, la sanidad, el comercio, las políticas públicas, la gobernanza etc. Y por último mantener una vista sobre el mercado laboral abierto al público pero también de los puestos de trabajos que permanecen ocultos.

 

Lo más importante sin duda es la elaboración de una buena estratégia de búsqueda, concentrándose en la disponibilidad de los puestos de trabajo y la focalización, la cual es indispensable, sin ella gastaremos nuestros recursos de un modo inefectivo.

 

Primeramente será necesario poder ´vender´ en el sentido de publicitar y promocionar la antropología, mostrando la utilidad de este conocimiento, este será un trabajo personal ya que los esfuerzo de las instituciones y las organizaciones que promocionan la implicación de antropólogos y de la disciplina antropológica tendrán poca repercusión en tu suerte.

 

¡Simplemente hazlo!

 

Nunca te des por vencido y tampoco seas fatalista, recuerda que partes con ventaja por la posesión de una perspectiva antropológica capaz de resolver problemas.

 

¡Te necesitan, aunque todavía no lo sepan!

 

Segundo, para avanzar en el proceso de búsqueda de un puesto de trabajo se debe explotar al máximo las capacidades creativas. En lugar de esperar encontrar un nicho donde aplicar tu conocimiento, mejor selecciona posibles organizaciones que necesitan tu ayuda en la resolución de problemas. Entonces podrás enseñarles el modo a través del cual puedes ayudarles. De este modo te darás a conocer y aumentarás tus posibilidades de obtener un trabajo con ellos en el futuro. Por tanto necesitarás saber suficiente sobre la organización para así poder identificar los problemas y asociarlas con tus habilidades para resolverlos.

 

Es importante saber identificar quién tiene el poder de contratarte para el puesto que deseas. El proceso de combinar tus habilidades con sus problemas se da al nivel personal. Por tanto es necesario establecer contacto directo con la persona que consideras que te necesita. Recuerda, no serás contratado en base a tu formación como antropólogo; deberán verte como una persona capaz de dar respuestas y resolver problemas, cuyas habilidades se relacionan con las necesidades de la organización dando resultados más eficientes, más sensitivas, más eficaces, más receptivas, o más rentables.

 

Como resumen, una búsqueda eficaz se basa en:

 

  1. Una temprana síntesis de las estrategias sobre la búsqueda y el mercado laboral, como también sobre el proceso de formación.
  2. Una constante investigación en los potenciales puestos de trabajo, potenciales empleadores y las habilidades que requieren.
  3. Continua autoevaluación sobre las aptitudes y habilidades propias.
  4. Investigar sobre potenciales organizaciones e instituciones, y sus necesidades y problemas.
  5. Proyección de uno mismo como un solucionador de problemas.

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