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El asombroso poder de la multidisciplinariedad: El caso Hackathon Valencia

Este fin de semana hemos participado en la II Edición de Hackathon Innova&Acción Business Challenge, un evento organizado por la asociación de antiguos alumnos de la Universidad Politécnica de Valencia y, posiblemente, una de las experiencias profesionales más intensas que hemos vivido.

El formato Hackathon

Imagino que mucha gente se estará preguntando: ¿Un Hackaqué? El término hackathon es un acrónimo de las palabras “Hacker” y “Maratón”. En su forma primigenia es un evento que congrega a un buen número de programadores, o hackers, para que desarrollen software de forma colaborativa en un periodo muy limitado de tiempo, que puede ir desde las 24 horas a la semana (maratón). Son intensísimas horas de duro trabajo y creatividad que derivan en una solución utilizable.

El formato de Hackathon Innova&Acción es más inclusivo, congrega a perfiles multidisciplinares previamente seleccionados, y está enfocado en la innovación empresarial. Al principio se forman grupos de trabajo de seis personas que reciben cada uno el nombre de un científico (yo pertenecía al equipo Tesla y Verónica al equipo Galileo).

Una serie de empresas, muchas de ellas líderes en sus respectivos sectores, plantean un reto real de innovación empresarial a dos de los equipos. Es decir, si son 5 las empresas retadoras, cada una tendrá a dos equipos completamente multidisciplinares trabajando (y compitiendo) tarde, noche y mañana por encontrar y diseñar una solución tangible a su problema. Sesenta cabezas pensantes encerradas durante 24 horas en una escuela de diseño (en este caso Barreira), exprimiéndose los sesos para articular una propuesta factible a un reto corporativo. Pero no estábamos solos. Cada reto contaba con un mentor especializado en innovación, figuras expertas que te guiaban y motivaban a lo largo de todo el proceso. Y os aseguro que en 24 horas de durísimo trabajo, hace falta mucha motivación.

Poco antes de finalizar el evento, las empresas retadoras evaluaban las dos propuestas presentadas y elegían una de ellas (en nuestro caso, ambos de nuestros equipos presentaron propuestas ganadoras). Por último, se congregaba a todos los equipos para presentar ante los compañeros y ante un jurado especializado cada una de las propuestas. Los cuatro criterios de baremación eran el grado de innovación, la viabilidad, la escalabilidad y la propuesta comunicativa. El equipo DaVinci resultó el ganador de los 3.000€ de premio con una increíble propuesta para Miarco (empresa de soluciones adhesivas) que sin duda puede convertirse en patente mundial, y de la que por tanto no desvelaremos más detalles. Aprovechamos este espacio para felicitarles por su magnífico trabajo.

El Hackathon Innova&Acción se plantea como una situación de win-win. Las empresas retadoras reciben ideas frescas e innovadoras de equipos altamente cualificados. Los participantes obtienen a su vez una excelente experiencia de trabajo, una formación (proveniente de los mentores) aplicada a un reto real y la posibilidad ampliar su networking.

Como imaginareis, hay mucha tela que cortar en el análisis de un evento de tales características.

Equipo DaVinci
Equipo DaVinci, ganadores del Hackathon Innova&Acción 2018. Foto de twitter @miarco_es

 

El asombroso poder de la multidisciplinariedad

Recuerdo que en la facultad solían decirnos que es importante articular equipos multidisciplinares. Se hablaba de trabajar con sociólogos, psicólogos, trabajadores sociales, ambientólogos, filósofos y algún que otro cooperante. Pero desde luego no lográbamos avistar lo que supone trabajar con ingenieros industriales, programadores, diseñadores, genetistas, financieros o estadistas. Gente que proviene de un marco cognitivo y metodológico absolutamente diferente al de la antropología social.
La selección de talento y posterior articulación de los equipos es quizás uno de los mayores aciertos del Hackaton Innova&Acción, y es por ello que da el título a este artículo. Porque efectivamente el poder de la multidisciplinariedad es asombroso.

Las propuestas se enriquecieron de una inmensa agrupación de aptitudes y saberes. Cada individuo aportaba al grupo un campo de conocimiento que, debidamente gestionado, dieron lugar a ideas y ejecuciones brillantes. Se presentaron modelos en 3D, maquetas, planes de negocio, previsiones contables, prototipos e incluso aplicaciones móviles y digitales. Un verdadero chorro de saberes combinados cuyo resultado nos dejó anonadados y que sin duda es la base de la innovación presente y futura.

Se acabó la mono-experiencia. ¡Que vivan los equipos!

 

Los Sprint cansan, pero funcionan.

Puedo asegurar que estar 24 horas trabajando a destajo sin parar de darle vueltas a un problema es una actividad agotadora. Las primeras catorce horas son un hervidero de motivación y dinámicas, donde todo el mundo aporta lo máximo de sí mismo. Pero a las 4.00 de la mañana el cansancio empieza a hacer mella, y el café, el azúcar y los zumos se convierten en tus mejores aliados. Sientes como el cerebro se reblandece, los párpados decaen, nacen las ojeras y lo único que te apetece es volver a casa y tumbarte en la cama.
Pero no lo haces. En un ejercicio de masoquismo motivacional, te enfrentas a las dificultades y sigues dándole vueltas al problema. Los compañeros tratan de animarse entre sí, manteniéndose despiertos, tratando de darle forma a la propuesta. Los mentores, héroes desinteresados de esta historia, permanecen toda la noche despiertos, guiándote, corrigiéndote, motivándote. Al final del evento, cuando tienes que presentar las propuestas primero a la empresa y luego al jurado y al resto de compañeros, tu cabeza ya no funciona y te sientes como un zombie andante. Es en ese momento cuando te subes al escenario y frente a más de 100 personas presentas el trabajo que has realizado durante toda la noche. En mi caso, la experiencia fue tan intensa que creo haber tenido una especie de delirium tremens en el escenario, donde perdí la noción del tiempo y acabé hablando de agujeros negros.

Es cierto que presentar una propuesta tras 24 horas de trabajo agotador no es el mejor escenario posible para la vida real. Pero también es cierto que el reto del tiempo es quizás uno de los componentes más importantes para que los participantes se estrujasen los sesos de esa manera. Y es que, como señalaría Bauman, el mundo de la innovación es líquido. Las tendencias y los modelos cambian muy rápidamente, y los equipos deben estar preparados para investigar, pensar, construir y actuar en unos plazos de tiempo muy limitados. No es casualidad que propuestas como el Lean Startup o el Design Sprint, cuyos procedimientos se ejecutan en lapsos de tiempo muy concentrados, vayan ganando terreno en el ecosistema de la innovación.

Equipo Galileo
El Equipo Galileo presentando su propuesta tras 24 horas de intenso trabajo. Foto de twitter @SPB_Spain

 

¿Qué aporta la antropología a un evento como Hackathon Valencia?

En antropología social estamos acostumbrados a que exista una sinonimia entre el nombre de nuestra disciplina y su principal herramienta metodológica: la etnografía, es decir, el estudio situado y holístico de un fenómeno. Los antropólogos, muchas veces auto-nombrados como “etnógrafos”, hacemos trabajo de campo durante un cierto periodo de tiempo, producimos los datos, los codificamos y presentamos los resultados, ya sea en un informe, en un paper académico o en una propuesta de innovación.

Es por ello que nos sorprendimos bastante cuando el equipo de Innova&Acción se puso en contacto con nosotros para invitarnos a participar en el Hackathon. La naturaleza del evento hacía completamente imposible llevar a cabo cualquier tipo de investigación etnográfica rigurosa, privándonos de nuestra principal herramienta y valor. Sin embargo, la organización insistió en que quería incorporar perfiles de ciencias sociales en cada uno de los equipos, y que consideraba fundamental una mirada “humana” entre tanta ingeniería y programación.

Entonces, ¿qué puede hacer la antropología sin etnografía? En primer lugar, contribuye a generar soluciones centradas en las personas, y no tanto en el producto ni en la empresa que las desarrolla. Esto es sumamente importante para guiar el trabajo de ingenieros y programadores que generalmente se centran más en la “solución” (los planos del producto, el código de la aplicación) que en los destinatarios, que en la vida real son los verdaderos jueces de la propuesta. El uso de herramientas como el User Persona o el Customer Jouney Map permiten mantener el foco humano durante todas las etapas de la creación de soluciones. Y es que estamos convencidos de que la innovación comienza como algo social, no tecnológico.

Por otro lado, la antropología permite abordar las conversaciones con la empresa retadora de otra manera. Hay que tener en cuenta que apenas tuvimos una hora para entrevistar a las empresas, y cuando esperan de ti una propuesta disruptiva son muchas las cosas que quieres preguntar.  Mientras que otros perfiles ceñían más sus preguntas a cuestiones financieras (¿con qué inversión cuentas?),  técnicas (¿qué materiales utilizas?) o logisticas (¿cómo es tu flota de distribución?), los antropólogos nos dedicábamos a tratar de entender que visión tenía la empresa, qué clase de vínculos emocionales quería generar con sus usuarios o qué experiencia quería construir para ellos. Cuestiones más o menos generales pero imprescindibles para desarrollar una propuesta de valor capaz de enamorar.

Tampoco es baladí el papel de la antropología en la organización de los equipos. La práctica etnográfica nos acostumbra a convivir y compartir tiempo y espacio con personas muy diversas, y a gestionar efectivamente toda esta heterogeneidad. La empatía es una cualidad imprescindible para la antropología. Creo sinceramente que nuestra disciplina actúa beneficiosamente en la cohesión de equipos, aportando una mirada transversal y holística hacia personas y procesos.

 

En definitiva, el Hackathon Innova&Acción Business Challenge ha sido una experiencia agotadora, extenuante, sonámbula, retadora, enriquecedora, formativa, humana, gratificante y sobre todo muy divertida. Un evento que ha logrado situar a Valencia en el centro de la innovación, atrayendo a un espectacular elenco de talento local y nacional que estoicamente se ha dejado la piel en mostrar lo mejor de si mismo. Agradecemos infinitamente a la asociación de antiguos alumnos de la UPV y al equipo organizador su titánica labor, velando a todas horas por el bienestar de los participantes (no olvidamos las sesiones de coaching) y por el éxito de la propuesta. También a los mentores, colaboradores y jurado que durante 24 horas han acompañado a los participantes, aguantándonos y compartiendo su know how, haciéndonos a todos un poquito más sabios que cuando entramos. Por supuesto gracias a las empresas por confiar en un talento joven y apoyar financieramente el evento. Pero sobretodo, gracias a los compañeros y compañeras con los que hemos tenido la oportunidad de aprender, crecer e inspirarnos. Nos llevamos un precioso recuerdo de ese Arca de Noé que tuvimos el privilegio de compartir con vosotros.

 

 

 

 

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